Recuerdo que cuando hace muchos años (más de los que me gustaría tener que admitir), me di cuenta de que Spider-Man era de lejos mi superhéroe favorito, una de las cosas que más me impactó fueron -lógicamente- sus increíbles poderes: la capacidad de hacer todo lo que podría hacer una araña (does whatever a spider can). Eso lo convertía en un ser humano extraordinario, con unas facultades únicas e imposibles de replicar, y por ende, hacían de Peter alguien realmente especial.
Para mí, el problema llegó cuando Marvel quiso sobreexplotar el filón, y a través de los años fue sacándose de la manga, cual chistera de mago sin fondo, a Spiderwoman (Jessica Drew), Spider-Ham, Spiderwoman (Julia Carpenter), Venom, Scarlet Spider, Spider-Man 2099, Ezekiel, Spider-Girl (Anya Corazon), Spider-Man (Mies Morales), Spider-Man Noir, Ghost-Spider o Silk, por citar sólo algunos.
Para mí, eso le arrebata a Spidey, al VERDADERO, una exclusividad que por derecho debía corresponderle, haciendo que -al menos a mis ojos- pierda buena parte de su glamour. Por eso, si de mí dependiera, yo haría una limpieza radical en Marvel, al estilo de la que hizo John Byrne en su celebérrimo Man of Steel, donde hizo canon que el único kryptoniano superviviente de la destrucción del planeta era Kal-El.
Y no se me ocurren mejores sicarios para hacer esa limpieza que Morlun y Los Herederos.
A lo sumo, dejaría vivo y en activo a Miles Morales, pero con una condición innegociable: Miles sería el ÚNICO Spider-Man adolescente, (preferiblemente radicado en una ciudad distinta a New York), y Peter debería seguir creciendo y evolucionando tal como hizo en los primeros años de su serie madre (bueno, quizás no taaaaan rápido, pero ya me entendéis). Yo lo mostraría sin complejos como un hombre de unos 40 años, un poco en la onda del actual volumen de Ultimate, a cargo de Jonathan Hickman y Marco Checchetto.
Y en esencia, eso es lo que yo haría. Me encantaría conocer vuestra opinión al respecto.