Vista Venom: Let There Be Carnage (llamada Venom: Habrá Matanza en España y Venom: Carnage Liberado en Hispanoamérica), he de decir que tampoco es para tirar cohetes. Me ha dejado un poco la sensación de oportunidad desaprovechada, y me explico:
A pesar del carisma de los personajes, y de unas escenas deslumbrantes tanto de Tom Hardy como de Woody Harrelson, la trama principal adolece de predecible. Además, como suele ser habitual en el género, no se explotan en toda su magnitud los conflictos internos de los tándems protagonistas (Brock-Venom, Kasady-Carnage), desaprovechando una oportunidad irrepetible para continuar indagando más profundamente en sus personalidades (que era una de las críticas más recurrentes respecto a su predecesora y que con otro enfoque a buen seguro ayudaría a asentar mejor a los personajes).
La cinta deja una sensación más descafeinada que Deadpool 2 (cuando ambas partían de una premisa similar, la continuación de una buena película de antihéroes, que no abundan, y que sin embargo ahí sí que me sorprendió gratamente). Es difícil ser original en este tipo de propuestas, pero justamente con Carnage tenían la excusa perfecta para sorprender a la audiencia con un nuevo personaje tan rico y con tanto potencial. No obstante, la calificación de PG13 pasa factura a lo que podría haber sido el enfoque de un asesino en serie potenciado por la unión con un simbionte tan poderoso.
Para mí, una de las mejores cosas, la escena post créditos (y más de uno ya sabréis a lo que me refiero), que deja la puerta abierta a algo que muchos llevan tiempo esperando.
En resumen, es una película correcta, con un CGI aceptable, algunos chistes forzados y una duración precisa para desenvolver el argumento. Carnage no está del todo mal (aunque se quede, insisto, a medio gas de lo que podría haber sido con una calificación R); Venom también cumple el expediente, pero no aporta nada nuevo a la fórmula de la primera entrega. ¿Balance general? Un 5 sobre 10.